13 nov 2013

Congosto y la chispa de la motivación


Congosto es un pueblo perdido de Burgos que podía haber sido uno más de los muchos pueblos abandonados de España.

Durante los últimos 50 años estos pueblos fueron siendo abandonados, por sus vecinos y por las instituciones.

En el caso de Congosto, hace dos años nadie estaba dispuesto a hacer nada por salvar este pueblo con cuatro vecinos para recuperar su iglesia, era absurdo e ilógico "¿Para qué? si el pueblo se morirá cuando  desaparezcan sus últimos moradores". Tan solo sus vecinos tratarón sin exito pedir ayuda a las instituciones para que no se terminase de caer su iglesia abandonada y saqueada. Pero nadie les escuchó ni les hizo caso, excepto un viajero que pasaba por allí.

Todos los que tenian relación con el pueblo, vecinos y emigrados, habian perdido la ilusión, la esperanza, el sueño de revivir la esencia de sus origenes "¿Para qué? Nada se puede hacer. No merece la pena. Es imposible. Sin dinero no se puede hacer nada. Cada uno mira por lo suyo". La sociedad civil se había paralizado olvidando el poder de la voluntad de las personas para conseguir todo lo que se proponga con trabajo y esfuerzo.


Algo muy similar a lo que sucede en una España llena de egoismo e insolidaria, paralizada y aborregada por las subvenciones de los políticos, donde la abrumadora burocracia legal y administrativa, pesa como una losa inmobilizando a la sociedad civil. Unas veces hay algunos que quieren hacer algo, y otros que "si pero" cuando haya dinero de subvenciones. Otras veces los primeros no hacen esperando a que los segundos se sumen para hacerlo todos juntos y por igual. Y otras veces, si hacian los primeros por su cuenta, a los segundos les parecia mal que lo hiciesen, ya que les colocaban en una situación incomoda. Y asi seguia pasando el tiempo sin que nada se hiciese.

Y de repente, un día todo puede cambiar ¿Por qué?

La chispa de la motivación y el método

En los comienzos del reconocimiento oficial de la crisis económica española en los años 2010-11. En el comienzo de los recortes, el viajero que pasó por Congosto les expone que es mejor olvidarse de las subvenciones y de las ayudas institucionales, y luchar por salir adelante por sus propios medios. Las ayudas no llegarán y si lo hacen ya será tarde. Si se sigue esperando, el edificio de la iglesia y el pueblo entero se perderá. Solo con el propio esfuerzo y trabajo, más la generosidad y solidaridad de otras personas cercanas y amigos que se sumen a esta causa se puede salir adelante. Se les invitó y se les motivó a los vecinos a recordar sus origenes, cuando había solidaridad, cuando con los trabajos comunales se  hacian caminos, se cuidaban las fuentes, se ayudaban en el campo a los vecinos enfermos, se arreglaban sus edificios públicos, y tantas cosas mas.

Para dar el gran paso del cambio, hacia falta algo, una chispa, una motivación, una ilusión, un objetivo que permitiese unificar las primeras voluntades para intentar algo que para casi todos parecia un reto imposible.


Y así empezó todo. Al principio fueron unos pocos, muy pocos, los que empezaron sin esperar a los demas. No se podía esperar. El que se quisiera unir era libre de hacerlo, y el que no se quisiera unir también era libre. Nadie reprocharía nada al que se mantenga al margen, pero solo se les pedía una cosa "Que dejasen hacer a los que si querian y que no pusieran obstáculos".

Lo difícil siempre es el primer paso, y lo que parecia imposible pasó. La chispa prendio y la noticia se disperso de boca en boca, por pueblos cercanos y llegó a muchos vecinos emigrados y familiares. También llegó a muchas personas que sin tener ninguna relación con el pueblo se unierón en esta demostración de solidaridad. Y hoy son muchos, cada vez más y llegados de muy lejos, los que se han sumado a los Voluntarios por Congosto (VxC) para sacar adelante este proyecto.

Los periódicos locales se hicierón eco de la noticia. Las radios y televisiones regionales se sumaron a difundir lo que en Cogosto estaba sucediendo, para que todos tengan la evidencia de que hace más el que quiere que el que puede.

Hoy en Congosto de Burgos, después de dos años han cambiado mucho las cosas, y uno de los símbolos más representativos de este movimiento de solidaridad está a punto de alcanzar su objetivo. La iglesia de San Pedro de Congosto que había sido abandonada y saqueada hasta quedarse en estado de ruina, está viendo recostruida sus cubiertas, sus fachadas, su interior y su entorno. Pero además el pueblo esta reconstruyendo su historia documentada, su entorno natural y sus fiestas perdidas. Incluso muchos de los edificios particulares derruidos están volviendo a reconstruirse y repararse.

Congosto como ejemplo

Lo sucedido en Cogosto de Burgos tiene que ser un ejemplo para todos aquellas personas que aún mantienen la esperanza de que es posible cambiar las cosas. Nadie les dijo que fuese fácil, pero si se les dijo que era posible. Como es posible hacer muchas más cosas de las que nos imaginamos.


Las personas, la sociedad, las empresas y  las instituciones, viven momentos de desánimo y desesperanza:  "Como ya no hay dinero no se puede hacer nada". Gran error. El dinero puede ser un complemento pero no el elemento esencial de ningún proyecto. Las personas han olvidado lo que son y lo que pueden. Lo más importante son las personas y su fuerza de voluntad para desear objetivos.

No hace falta revoluciones para cambiar las cosas, solo hace falta la chispa de la motivación para alcanzar cualquier objetivo que nos propongamos.

La satisfacción y orgullo de todos los que han participado en este proyecto no se puede pagar ni con todo el oro del mundo.
 (VxC)

1 comentario:

  1. Maravillosa chispa la que hace dos años saltó en Congosto en verano de 2011 y encendió la mecha en octubre del mismo año con el primer trabajo y la primera merienda en casa de Esperanza, quedó reflejada en este blog EL PRIMER PASO http://iglesiacongosto.blogspot.com.es/2011/10/el-primer-paso.html en la que no tuve la suerte de participar.

    Han sido dos años de más trabajos y más meriendas o comidas de hermandad en las que hemos disfrutando y participando algunos más: Los 4 vecinos que allí residen de continuo, Congosteños de nacimiento o hijos de los que lo fueron y otros de lejos y muy diferente procedencia sin ninguna vinculación con Congosto, que ha llevado a conseguir muchos imposibles y hará que en unos días el mayor de todos, la Iglesia que es nuestro icono y nuestro símbolo, pase de estar en ruinas y abandonada, rodeada de escombros y basura a tener unos tejados nuevos y rehecha la torre que podrá permanecer en el “alto de la iglesia” para disfrute de los que sabemos como se ha hecho y de generaciones venideras.

    Después de este gran imposible conseguido hay que seguir disfrutando, siguen quedando muchas cosas por hacer y cuesta muchos encender una mecha para dejarla apagar, es de esperar sirva de ejemplo para otros pueblos de la zona, tenemos que aprovechar y disfrutar de: Asociación, sede, cabina y buen ambiente empezado.

    Gracias a todos los que han ayudado de muy diferentes maneras, no es posible enumerar a todos, solo al viajero que hizo saltar la chispa y conseguir prendiese la mecha, gracias Alfredo.

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